El embarazo es toda una experiencia en sí misma. Y de acuerdo al temperamento de cada mujer y a sus posibilidades y aptitudes físicas y emocionales al momento de concebir, esta experiencia se vuelve única e irrepetible. Cada embarazo es distinto, cada mujer es distinta y eso abre un abanico de posibilidades personales para experienciar el maternaje.
Las elecciones que las mujeres hacen en la etapa formativa del bebé y en la suya propia desde el descubrimiento de este nuevo rol de “mamá” que durará para toda la vida son vitales para el desarrollo saludable y armónico del vínculo.
El Yoga le enseña a la futura mamá a familiarizarse con su cuerpo y sus emociones.
En esta etapa la conexión con la corporalidad es más fuerte, los cambios hormonales son intensos y ésto afecta la emocionalidad. El Yoga ayuda a mejorar la flexibilidad en la columna vertebral, alivia los típicos dolores de espalda que se tienen durante el embarazo, permite que el cuerpo esté preparado para el momento del parto y que la madre se contacte con el bebé desde su vida intrauterina.
Importante: Se puede empezar en cualquier momento del embarazo, cuanto antes mejor, ya que de a poco se van incorporando posturas y técnicas de respiración que permiten el control de la mente y la relajación del cuerpo.
El Yoga le posibilita a la embarazada tomar conciencia de su respiración, pacificar su mente y a aumentar la confianza para llegar más tranquila al momento del parto. |